No fuimos al lanzamiento, no escuchamos las canciones, no recordamos haber sido invitados y francamente, no nos importa.

Robé este DVD directamente del Bar La Cantera, un día cualquiera. Por el sonido, parece indie. Por las bandas, parece compilado. Es complicado tratar de describir todos los estilos, todos los intérpretes, todos los sonidos contenidos en este pequeño disco mal habido.
Lo Estacional me parece extraño. Estacionales son los árboles y los trenes. Estacional es la gripe y el ave que anida en el techo de mi casa. Se rigen todos estos elementos por la estación o bien deciden su actuar según la estación. Es extraño.
Yo me subo en Estación Limache y recuerdo ese gran compilado llamado Vía Férrea. Eran los ’90 y todo estaba permitido, hasta juntar a Ocho Bolas, La Floripondio, Tryo, Inkultos y Villalemana Rok.

Llegando a Estación Peña Blanca, ya soy otro. Mi norte es el Puerto y no pienso llegar vivo. Necesito saber qué se hace en estos casos. Atentos.

Imaginemos ahora un paraíso en blanco y negro. Un camino plagado de signos pare o ceda el paso, un terreno baldío al costado de un estero. Un Quijote con sombrero raído y un tabaco consumiéndose entre los labios, de los bolsillos de sus prendas cuelgan espéculos y hojas que debieran ser amarillentas; entre sus piernas, un viejo animal soporta apenas los rayos de ese sol blanco: es La Yegua Negra. La inmovilidad como método de estudio, el precio de los años reflexivos.

Ayahuasca hace su aparición en el compilado con un rock más bien clásico (si es que existe tal barbaridad de concepto), una voz amenaza a gritos al oyente, quiere estar muerto, se me viene a la cabeza el boom zombie del último año, y se me ocurre que sería un buen soundtrack para una serie criolla sobre muertos vivientes invadiéndonos desde los cerros del valle del Marga-Marga.

El turno es ahora de Cajitas Rectangulares, un grupo pop-folk que ha mutado paulatinamente a un post-punk, pasando por la obvia etapa de glam-rap. Hace un par de años dijeron que “este era su año”, y lo ha sido, convirtiéndose en un emblema del hágalo usted mismo, de la movida rock porteña y del innegable enlace entre rock e imagen.

El Cairo y Fatiga de Material son extranjerizantes, y no lo digo como un defecto. Un etiquetado siempre le queda grande a lo que hace Fatiga de Material y de El Cairo podemos mencionar su frescura al realizar algo que debería sonar como un banda más de garage; me huele a camisas a cuadros, a cervezas en lata repartidas por el suelo, a mujeres con las pantys rotas, a plaza de Peña Blanca; y huele bien.

Lo de Gonzalo Sáez es sorprendente. La solidez de su propuesta cala hondo, conmueve su voz y su frustración frente a la palabra. En algún lugar esto está provocando un llanto sin culpas.

A Kafarenass nadie nunca se lo imaginó tocando en Teatro Municipal de Valparaíso, pero allí estuvieron. Intentando llenar un espacio enorme con su delicada puesta en escena, Kafarenass pasó por los Temporales Musicales 2012 como lluvia matapajaritos. Mojó, pero el gusto a poco recién se viene a acallar ahora, con el lanzamiento de este compilado. Bienvenida sea la locura y sus amarras.

Cuarta lata de cerveza, ya estamos a martes. Ojo rojo le cambia el rumbo a este compilado, es el camino de ripio en donde se baja la velocidad. Por lejos uno lo más llamativo, en lo que a propuesta se trata. Suena a avant-garde, suena a indie, suena a muchachos pasados de marihuana haciendo de las suyas (los únicos consumidores del compilado, me atrevería a decir).

Los mamíferos de Padaky suelen ser vistos en ceremonias de apareamiento, sus ritmos sensuales provocan en los especímenes de sexo femenino una inmediata reacción afrodisíaca y, por supuesto, el rasgamiento salvaje de sus prendas de vestir. Conviene estar en sus tocatas, conviene no estar acompañado, y conviene, por supuesto, llevar algún tipo de protección. Los alucinógenos son gratis.

TheOdioKandinsky es un nombre que no comprendo, de hecho, me turba la incomodidad al pronunciarlo, por lo que prefiero no hacerlo. TOK es una banda hermana de los recién mencionados mamíferos salvajes, y sus carretes deben ser super entretenidos, aunque nunca me han invitado a ninguno. Quizás terminen saltando desde los árboles, quizás elevando volantines con hilo curado a las 5 am, quizás bailando al ritmo del gran Celso Piña. Quizás no, y los alimentos orgánicos se aburren en sus bolsas de género mientras las velas se derriten esperando que el dueño de casa encuentre las llaves.

Dicho esto, y visto que no queda ninguna banda por revisar (no falta Lisérgico), voy a entonar la canción final y dejarlos con la moraleja de hoy: siempre díganles que no a los indigentes, si es que les piden para cualquier cosa que no sea una caña de vino.

Esto debería ir al inicio de la nota: Acople Records lanza su segundo disco, este. Es un compilado de conjuntos (y un solista) de la Quinta región , o mejor dicho de las provincias del Marga-Marga y Valparaíso. El trabajo es de Ruido Interior y los ya mencionados Acople Records, sumado al material visual (Devedé) provisto por los monos psicópatas de Tercer Mundo Producciones.

Nos vemos en La Cantera.

(*)Lisérgico es una banda sin tiempo y sin edad. Sus acordes místicos levantan muertos y (obvio), matan vivos. No se haga el vivo frente a ellos, puede resultar atrapado bajo los gigantes talentos bíblicos de sus matarifes.

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